¿Estas harto de la clase política en México? (Tú puedes hundirla)
Por Ana Paula de la Torre
@AnaPauladelaTD
@AnaPauladelaTD
Hoy en México prácticamente nadie cuestionaría el que se respira una ambiente de desconcierto. Los niveles de violencia han llegado al punto que la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa destapó una realidad obscena y también los sentimientos de una sociedad que está harta y sale a las calles, aunque ciertamente desconoce qué hacer para cambiar la realidad.
Desde finales de la década de los 80 en México la clase política, que prácticamente no ha cambiado, ha implementado una serie de reformas de liberalización del comercio que han beneficiado solo a un puñado: las cifras de pobreza se mantienen en prácticamente la mitad de la población hasta la fecha.
En el sexenio de Enrique Peña Nieto la clase política,que abarca prácticamente a la mayoría de los partidos, ha continuado con la aprobación de una serie de reformas que no favorecen a las mayorías y mantienen una lógica privatizadora; ahora fueron por el petróleo y planean ir por el agua.
El año pasado la sociedad ya demostró que está enterada y que posee los suficientes sentimientos acumulados para buscar hacer algo que transforme la realidad de violencia, pobreza y saqueo del país. Sin embargo, las protestas en la calle y en el mundo virtual no han hecho que el gobierno de Enrique Peña Nieto reaccione verdaderamente.
El panorama, incluso mundial, apunta hacia una democracia de ficción, pues quienes verdaderamente mandan parecieran ser las corporaciones. Sin embargo, debemos recordar que el poder es un ente que tiene niveles, y es en algunas de esas graduaciones es donde ciertamente podemos incidir.
Nosotros podemos hacer algo para cambiar la realidad del país a corto
plazo, por ahora, se trata de arrebatarle al PRI la mayoría en el congreso
para que no persistan en la aprobación de sus reformas. Muchos líderes
sociales como Javier Sicilia o el sacerdote Alejandro Solalinde se han
pronunciado por no votar en las elecciones intermedias del 7 de junio
de 2015; sin embargo, en México ni el abstencionismo ni la anulación
del voto conllevan algún método de castigo para los políticos. De esta
manera, si no votamos, el PRI, que comprobó en 2006 cómo cuenta
con al menos nueve millones de votos de su maquinaria de voto duro,
ganará una vez más la mayoría en el congreso y mantendrá una manera
de gobernar que nos ha estado destruyendo desde hace más de treinta
años.
¿Qué hacer?
Por ahora debemos parar las reformas privatizadoras que se avecinan,
sobre todo la del agua. Por lo anterior habremos de votar por las
opciones
que evitarán aliarse a los partidos actuales que han aprobado las
reformas del despojo que, ciertamente, no terminan con la pobreza
y la violencia.
¿Cuáles son las opciones?
Se trata de que hagas un voto práctico, no ideológico. Incluso si no
coincides con las ideas del partido Morena, una manera de comenzar
a cambiar las cosas, al menos en el mediano plazo, es obstruyendo al PRI
en el congreso. Si votas por el partido anterior, entonces es una buena
manera de comenzar… Aclaramos que no estamos ni a a favor ni en
contra de Morena, se trata de un voto práctico… El plan con miras
al 2018 continuará…
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