¿Quién realmente le cree al PRI?
En forma drástica la credibilidad del partido continua en descenso, un Presidente Nacional como lo es Pedro J Coldwell cuyo apellido suena a extranjero y quien a mostrado la opacidad de quien solo llena un espacio, sin contar con liderazgo o figura propia, un candidato a quien le sugieren no contestar ni opinar nada que no se encuentre previamente acordado o estudiado a fin de no dar a conocer su ignorancia e incapacidad, funcionarios o ex funcionarios de primer nivel enfrascados en escándalos de corrupción, aunado a la presencia de viejos personajes que a todas luces ponen de manifiesto al partido de antaño, acompañado de sus mas atroces recuerdos, coadyuvan a su descenso.
El acoso de las redes sociales demostrando verdades, que contrario a los medios tradicionales comúnmente vendidos que ensalzan figuras falsas de heroísmo y redención mediante mentiras pagadas, gigantes como Televisa quienes a la vista de muchos persiguen intereses económicos son evidenciados, poniendo a la luz verdades ocultas por la mercadotecnia política.
A modo de ejemplo, el reciente atentado contra el Gobernador del Estado de Coahuila a generado duda entre los cibernautas, quienes piensan que todo es un teatro montado para dignificar a un ejecutivo carente de imagen y credibilidad, quien no ha tenido otro mérito que el de obtener el poder a base de clientelismo político o promesas insostenibles que generan enojo de incautos y fanáticos del tricolor.
Hoy día a día son más los que se preguntan por que han de votar por un partido que nunca ha cumplido, hoy son más los que muestran memoria, la gente esta más informada y conforme aumenta su conocimiento mas incrementan su rechazo al PRI.
El revolucionario ya no lucha con sus adversarios, su contienda es con sigo mismo, sus errores y su historia, el PRI resulta ser el mas peligroso enemigo de si mismo, las mentiras, los excesos, los abusos y sus personajes laceran su imagen, los muertos como Colosio no son capaces de redimir su figura, los caudillos invocados carecen de fuerza que sustente la credibilidad de sus villanos.
Cada día son menos quien les creen, la gente humilde, los alejados de la información, los más vulnerables, las personas que buscan un beneficio inmediato continúan fieles al igual que esperanzados a las falsas promesas.
Los soldados de siempre continúan en los cinturones de miseria, en los barrios, en las orillas, adoctrinando con despensas y posadas a los que significan sus cimientos, pero pese a ello, cada día menos les confían, la gente ve que ellos viven como ricos aun que hablen como pobres, sus atuendos, las costumbres y sus gustos, dejan entrever el engaño, un partido que invoca la justicia social disfrutando de la opulencia.
Hoy al PRI ya pocos le creen.
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