en el marco del #CHNGATUMADREEPN RUMBO A SU SEGUNDO ANIVERSARIODEL CADAVER VIVIENTE 132 MAS DE 131 HACE:RESTAURACION, FRAGMENTACION Y DISIDENCIA
RESTAURACIÓN, FRAGMENTACIÓN Y DISIDENCIA: LAS MOVILIZACIONES JUVENILES EN EL ÚLTIMO AÑO.
Por Joel Ortega Erreguerena
e Israel Solares.
Hace 2 años, en mayo del 2012, cuando el regreso del PRI parecía inevitable, la izquierda electoral no tenía un discurso claro y la sociedad se sentía pasmada, sin que nadie lo esperara, los jóvenes se organizaron, se apropiaron de las redes sociales y salieron a las calles. Desde entonces la dinámica no ha cambiado mucho, por un lado el PRI encabezando un proceso de restauración del autoritarismo por el otro una juventud democrática, indignada pero sin mucha organización, que periódicamente protesta y se moviliza. De las marchas Anti-EPN en 2012 a las luchas contra la reforma a la Ley de Telecomunicaciones en estos días hemos vivido el mismo proceso.
Sin embargo, el movimiento juvenil no ha logrado superar el empantanamiento del discurso y la organización de la oposición, apareciendo en cada coyuntura desorganizado y sin rumbo claro. Mientras el PRI avanza en su proyecto autoritario el movimiento juvenil reacciona siempre a la defensiva sin mucha capacidad de reflexionar y consolidarse y la crisis de la izquierda tradicional es tan profunda que tiene que presentarse disfrazada, ciudadanizada. Por eso es necesario analizar cuál ha sido la dinámica general de las movilizaciones y las limitaciones que se han repetido periódicamente. En este texto intentamos contribuir a ese debate.
A partir de la desestructuración del #Yosoy132 las movilizaciones juveniles sufrieron un reflujo que reactivó la protesta en las fechas conmemorativas, como 10 de junio y 2 de octubre, pero también a través de tres coyunturas fundamentales: el desalojo de los maestros de la CNTE del Zócalo capitalino, el incremento en el precio del boleto del metro y el intento de aprobación de la Ley Reglamentaria de la Reforma en Telecomunicaciones.
La movilización estudiantil en solidaridad con los maestros se detonó con el desalojo del Zócalo, en donde la CNTE mantenía un plantón, el 13 de septiembre del 2013. Se trataba del primer movimiento social importante que se opuso a las reformas estructurales de Peña Nieto y de las analizadas en este artículo fue la única claramente estudiantil. La solidaridad no se desencadenó tanto por la reforma educativa como por la forma autoritaria en que fue aplicada y sobre todo por la salida represiva que implicó el desalojo del plantón[1]. De inmediato, la solidaridad se extendió en las universidades y se desencadenó un movimiento estudiantil de corte más tradicional. El centro organizativo fueron las escuelas mucho más que las redes sociales. Así, en la UNAM, la UAM, el IPN y otras universidades se organizaron asambleas masivas[2] en las que los estudiantes deliberaron y decidieron diferentes formas de apoyar al movimiento magisterial. El 18 de septiembre más de una decena de escuelas se fue a paro total en solidaridad con la CNTE. Estas fueron las primeras movilizaciones después de la desestructuración del Yo Soy 132 a finales del 2012, en unos cuentos meses el movimiento estudiantil pudo empezar a recuperarse. El problema fue que una vez pasada la efervescencia el movimiento se desvaneció rápidamente, así como había surgido desapareció. De nueva cuenta no se consolidó un proceso organizativo y los estudiantes activos tuvieron que esperar desorganizados a la siguiente coyuntura. Mientras el proyecto autoritario del PRI seguía avanzando la masa crítica del movimiento estudiantil y juvenil seguía sin rumbo claro y desorganizada, presente sí, pero siempre a la defensiva.
La siguiente coyuntura se dio con el aumento al precio del boleto del metro a finales del 2013. La movilización se autoconvocó en redes y, de acuerdo al hashtag que se viralizó, organizándose en internet distintos saltos por diversos colectivos universitarios y otros organizados en la coyuntura. Al mismo tiempo, la medida tuvo oposición dentro de las filas de integrantes connotados ligados a Morena, Epigmenio Ibarra y John Ackerman, quienes, sin embargo, encabezaron a una buena parte del movimiento contra la subida de la tarifa en términos ciudadanos. Tanto la ciudadanización de las movilizaciones convocadas por sectores partidistas como la explosión fragmentada de las movilizaciones juveniles y el incremento en la represión por parte del Estado se manifestaron en las movilizaciones de diciembre de 2013. Diversos colectivos que organizaron saltos se reunieron en una coordinadora, la cual convocó a dos marchas para el 14 y el 21 de diciembre, mientras que Ibarra y Ackerman convocaron a un salto masivo el 13 y una marcha el 20 del mismo mes. Esa duplicidad de convocatorias marcaba la lucha por la hegemonía en las movilizaciones juveniles entre ambos sectores, los colectivos independientes y el sector partidista ciudadanizado, pero dentro de los colectivos independientes la diversidad fragmentó aún más la dirección política. En la marcha del 14 de diciembre, al llegar al Hemiciclo a Juárez frente al cerco policial, después de ser encapsulada la marcha en el Ángel de la Independencia y ser hostigada en todo su recorrido, los diversos sectores organizadores hicieron un pequeño mitin con oradores dispersosque no fueron capaces de tomar una decisión respecto al destino de la movilización. Los asistentes gritaban, se disputaban entre disolver la manifestación dada la presencia masiva de granaderos o continuar la caminata hasta el cerco policiaco. Mientras tanto, en la escalinata, se arrebataban el altavoz para dar argumentos en uno u otro sentido, entre organizadores y colectivos encapuchados que asistieron a la movilización, en un desorden tan grande que, finalmente, la movilización se disolvió a fuerza de cansancio aunque algunos todavía caminaron hacia el cerco policiaco. La marcha del 21 se enfrentó a un menor hostigamiento policiaco (aunque aún así contrastó con la menor presencia en la marcha del día anterior organizada por Ackerman e Ibarra), tuvo una mejor logística y se evitó el enfrentamiento, pero sin otra dirección política que organizar más saltos, el movimiento se desdibujó rápidamente quedando unos pocos activistas para inicios del 2014.
Las movilizaciones derivadas del intento de aprobación de la Ley Secundaria de la Reforma en Telecomunicaciones tuvieron la misma combinación entre un movimiento partidistaciudadanizado¸ esta vez encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas y Javier Corral con figuras independientes como Javier Sicilia y Miguel Concha, y colectivos juveniles sobre todo articulados por un sector anteriormente perteneciente al #Yosoy132. Cabe mencionar que dicho frente ciudadanizado convocado por Cárdenas ya había operado durante agosto de 2013 como oposición a la reforma energética, y en el contexto de la Ley Secundaria de la reforma en telecomunicaciones organizó el “Frente por la Comunicación Democrática” en el Teatro de la Ciudad el 11 de abril de 2014 y una Cadena Humana de Televisa a Los Pinos el 26 de abril. En general, las movilizaciones convocadas por este sector tuvieron una menor participación juvenil, convocando a sectores no representados por los colectivos independientes, como la izquierda electoral y sindicatos, como el de telefonistas que participó masivamente en la cadena del 26 de abril. Por su parte, los colectivos juveniles organizaron una marcha el 10 de abril, #Nomaspoderalpoder, y una el 22, #EPNvsInternet, la primera de Televisa al Senado y la segunda del Ángel de la Independencia al Senado pero que se desplazó a Televisa. Mientras que la primera marcha, con una asistencia de alrededor de mil personas, terminó con saldo blanco y tuvo una mayor organización, la segunda, mucho más viralizada hasta convertirse en TT mundial, se auto convocó en redes y ninguno de los colectivos que reprodujeron la convocatoria tomó la dirección de ésta. En este caso no hubo intentos por los diversos colectivos de tomar la hegemonía de la movilización, como había ocurrido en la primera marcha del #Posmesalto, sino que hubo una total ausencia de dirección a pesar de que los colectivos promotores se encontraban en el lugar. Buena parte de los manifestantes eran de un sector juvenil tradicionalmente no movilizado, lo que incrementó la confusión en lo que debía de hacerse. En las afueras del Senado se llevó a cabo una discusión entre colectivos de acción directa y otros asistentes entre derribar o no una reja en el Senado, posteriormente muchos asistentes continuaron la movilización a Televisa. El comportamiento errático y sin dirección de la movilización finalizó ahí con un saldo de cuatro heridos y detenidos posteriormente liberados.
Los rasgos generales de las movilizaciones estudiantiles analizadas son la espontaneidad, la explosión organizativa, pero también la fragmentación de la dirección y, sobre todo, la discontinuidad de proyecto político en tanto un carácter altamente reactivo. Las movilizaciones juveniles del último año se ubican en una contradicción entre ser a la vez las únicas que rompieron con la inmovilidad generada por la crisis de la oposición de izquierda en México, la cual se ve reflejada en el propio comportamiento de la izquierda electoral ciudadanizada, y no poder superarla. Dicha discontinuidad y fragmentación tiene como contraparte un proceso de restauración autoritaria del PRI que avanza con pasos mucho más claros.
Las movilizaciones juveniles y estudiantiles son la muestra de que en el país existe una masa crítica que no está dispuesta a permitir un retroceso y que, por el contrario, lucha por mayores libertades democráticas. Existe un sujeto estudiantil y juvenil que se manifiesta en las diferentes coyunturas, la organización, el debate ideológico y estratégico y la construcción de objetivos a largo plazo son tareas que sin duda contribuirán a fortalecerlo en la lucha en contra del autoritarismo.
[1] El desalojo por parte de la policía del DF expresaba además una clara subordinación de Miguel Ángel Mancera y el GDF al presidencialismo autoritario de Peña Nieto.
[2] La participación en las asambleas fue impresionante, solamente en la FCPyS se votó el paro con 750 a favor y 450 en contra.
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