Desde hace años, he escuchado la misma pregunta, la han formulado periodistas distinguidos, académicos serios, personas comunes y hasta políticos del PRI y del PAN. ¿De qué vive Andrés Manuel López Obrador, de dónde proviene esa fuente inagotable de recursos que le permiten una y otra vez recorrer la República y mantener una enorme estructura de probada lealtad? He visto en distintas ciudades del país camionetas nuevas con el logotipo de Morena, movimientos multitudinarios de personas rumbo a la capital a mostrarle su adhesión total al caudillo, cualquiera sabe que eso demanda grandes sumas de dinero. Al principio se pensaba que el dinero provenía de los partidos que lo apoyan: del PRD, PT y Convergencia. Más adelante sospechamos que también provenían de empresarios que por razones de “simpatía” o de interés futuro, invertían en Obrador su dinero. Si en EU sucede, por qué no en México. Podría ser, y esto es una posibilidad, que también por simpatías personales, aunque sabemos que en el mundo del gran dinero lo que prevalece son los intereses.
De pronto había fuga de información y todo lo anterior se comprobaba. Existen redes de empresarios y políticos de “las izquierdas” trabajando para reunir millones de pesos y entregárselos a un hombre que jamás ha sabido estar tras un escritorio reflexionando y al que, fuera de ser jefe del DF, no se le han conocido grandes sueldos. Por añadidura, AMLO habla de honradez, de rebajarse el sueldo y hacer lo mismo con los demás. Quiere, como en Francia, un gobierno de parias. O de corruptos, porque pocos viven sólo del sueldo, ni siquiera los altos mandos, son más ambiciosos.
La pregunta, pues, era de qué vive AMLO, cómo obtiene las millonadas que utiliza en sus campañas. Pero a muchos mexicanos no les parecía importante la duda, el caudillo era incapaz de mentir o de hacer una maniobra perversa. Él es la única víctima de la mafia del poder, la que hasta hoy pocos logran identificar, sobre todo cuando PAN y PRD se ponen de acuerdo, como lo ha hecho en Puebla o en Oaxaca. Obrador es impoluto. Apenas recibe de las organizaciones que controla por medio del terror unos cuantos miles de pesos. Es humilde, sencillo, le basta vivir con la medianía que recomendaba Benito Juárez. Esto mientras el PRI gastaba millones y millones en comprar votos a través de un puñado de tarjetas y unas docenas de animales de corral. Desde luego, todas las organizaciones que forman parte de la mafia, empezando por Televisa, contribuían a apoyar a Peña Nieto, empresas y oficinas de infinitos recursos. Ricardo Monreal, especialista en acusaciones falsas, señaló con dedito flamígero al propio Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, y a varios bancos como donadores u operadores de dinero para el PRI.
Un colega de la academia universitaria me decía de AMLO, podrá carecer de programa y ser autoritario, pero es un hombre honrado incapaz de ocultar alguna perversión. Pues resulta que no. Ahora, por un extenso y bien documentado reportaje aparecido el miércoles pasado en El Universal, todos sabemos de dónde vienen los dineros que mantiene vivo al hombre que tiene en jaque al sistema, que amenaza con llevar a cabo una revuelta o si es posible una revolución en caso de que Peña Nieto sea aceptado como presidente por las autoridades electorales. Si sabe mentir con facilidad, López Obrador también sabe cómo obtener dinero a carretadas. Podría estar de acuerdo con sus fanáticos, a él no le interesa el dinero, pero sí el poder y para obtenerlo en cualquier parte se necesitan muchos recursos.
Después de la clara denuncia que apareció en el citado diario, ni el PRD ni López Obrador y su círculo cercano, incluidos los medios que lo idolatran, podrán lanzar piedras con la facilidad que hasta hoy lo han hecho. El político tabasqueño dispuso crear una serie de empresas para proveerse de recursos. A través del gobierno capitalino entregó contratos a sus más cercanos amigos. De este modo, SAD Desarrollo y Transparencia, AFK Comunicación Creativa y AAR Consultores de Negocios, AMLO recibió alrededor de 100 millones de pesos en contratos. Al frente de ellas están Héctor Muñoz Ibarra, miembro de Austeridad Republicana, Marcela García, contadora de Honestidad Valiente y Eréndira Álvarez del Castillo, Óscar Daniel Ramos Flores y Gustavo Álvarez, donantes de AMLO, según consta en el IFE. A esta información, falta precisar las aportaciones que le ha conseguido la empresaria y senadora de “izquierda” Yeidckol Polevnsky y el papel de Marcelo Ebrard a la causa del caudillo.
Si después de esto, hay quienes piensan en la existencia de la “honestidad valiente”, pues, no hay remedio. Ahora sabemos de dónde provienen los millones y millones que AMLO gasta en sus campañas presidenciales. ¿No es grotesco pensar en chivos, borregos, patos y gallinas luego de esta denuncia? Tampoco dejemos de lado que el partido más multado por el IFE fue el PRD por gastos excesivos de campaña. Como rareza, todas esas empresas están a unas pocas calles de la sede del PRD. Es decir, ni siquiera se tomaban la molestia de caminar mucho para violar las disposiciones legales de la campaña presidencial.
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no sabemos sus fuentes pero su periodico apoyo el fraude 2006 amlo hiso auditoria en 2010 y 2012 tu mientes la mentira chinga a su madre
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