“El Estado soy yo” y otras frases o palabras, explicadas por una enciclopedia de la política
"En realidad es una enciclopedia de las ciencias sociales porque el autor ha incorporado a ella todo lo que directa o indirectamente incide en la vida política", refiere su presentación.
Si eres un lector asiduo de periódicos, o páginas especializadas en política, seguro encontrarás palabras o frases que no conoces o no sabes exactamente qué significan.
Para ello se creó una enciclopedia universal de la política, que se puede consultar en internet, la cual fue desarrollada por un solo autor: el escritor y ex presidente de Ecuador, Rodrigo Borja.
Así se explica, por ejemplo, la frase “el Estado soy yo”, que algunos columnistas suelen usar en sus textos:
Frase atribuida a Luis XIV, que ha pasado a la historia como el símbolo de la autocracia más radical. Coronado rey a los cinco años, Luis XIV se convirtió más tarde en la imagen misma del absolutismo monárquico europeo. Los historiadores, sin embargo, están en desacuerdo acerca del origen de esa frase e incluso de si el rey la pronunció o no. Unos afirman que el monarca acudió al Parlamento, con traje de caza y una fusta en la mano, y dirigiéndose al primer ministro exclamó: “el Estado soy yo”, para vencer la resistencia a la aprobación de varios edictos expedidos por él. Otros historiadores —por ejemplo, Jacques Antoine Dulaure en su ”Historia de París” (1853)— cuentan que fue dicha como réplica al comentario de un miembro de la corte acerca de los conceptos rey y Estado. André Maurois, en cambio, sostiene que Luis XIV nunca pronunció esa frase aunque no duda de su espíritu absolutista.
En todo caso, la frase “El Estado soy yo” es la expresión más pura de la concepción autocrática de la vida política. Significa que el gobernante encarna al Estado, que su voluntad es la suprema ley y que resume en su persona todos los atributos y potestades estatales.
Una palabra que suele mencionarse tras algunos asesinatos es “magnicidio“. Esto es parte de lo que explica la enciclopedia política:
Del latín magnus, grande, y caedere, matar, magnicidio es el asesinato de una persona importante por su poder, rango o prestigio sociales. Asesinar es, desde la perspectiva del Derecho Penal, matar a un ser humano premeditada, violenta y alevosamente. En eso se diferencia del homicidio (contracción de las palabras latinashominis y caedes), que es la muerte de una persona por una acción u omisión no premeditada. El asesinato obedece a una planificación y no es obra fortuita ni casual, como el homicidio. De ahí que las leyes penales consideran que el asesinato es un homicidio calificado por la concurrencia de circunstancias agravantes del acto delictivo.
Las motivaciones y los fines del magnicidio son generalmente políticos, en el sentido amplio de la palabra. El magnicidio es un hecho político, que por lo general obedece a un <complot y que persigue cambiar el orden público o modificar el curso de la historia. Como dice con cierto cinismo un prologuista de Maquiavelo, el magnicidio “es la voluntad política de cambiar el curso de la historia con economía de medios”. O sea con ahorro de los esfuerzos que, de otra manera, requeriría la acción facciosa o la revolucionaria.
En el magnicidio hay una trama clandestina que busca el asesinato de la víctima y también la exclusión del juzgamiento y condena del hechor.
El tiranicidio y el regicidio son especies de magnicidio: en el primer caso, es el magnicidio de un autócrata y, en el segundo, de un monarca, de su mujer, del príncipe heredero o del regente de la corona. De modo que, atendiendo a las diferentes extensión y comprensión de las palabras, todo tiranicidio y regicidio son magnicidio, pero no todo magnicidio es tiranicidio o regicidio (…).
Y así se explican decenas de palabras o frases más.
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