¡Viva el plagio!
Se necesita no tener nada de dignidad para hacer lo que Televisa acaba de hacer en GalaTv. ¿Qué? Programar Historias de la virgen morena.
¿Y? ¿Qué tiene esto de indigno? Que Historias de la virgen morena es una especie de plagio gringo de La rosa de Guadalupe y que Televisa, al incluirla como parte de la programación vespertina de su canal GalaTv, la está avalando.
No es que la televisión latina de Estados Unidos le haya comprado al consorcio de Emilio Azcárraga el formato de La rosa de Guadalupe y que lo haya reproducido del otro lado del Río Bravo. ¡Parece que se lo robó!
¿O qué, usted cree que si La rosa de Guadalupe no fuera el cañonazo de impacto social y de rating que es en cualquier país en donde se presenta a esos señores se les hubiera ocurrido igual plantear este proyecto?
A ver, si hacer historias alrededor de la virgen de Guadalupe era y es algo tan del dominio público, ¿por qué nadie las había hecho antes de que se inventara La rosa de Guadalupe?
¿Por qué antes todo era Mujer...caso de la real y Lo que callamos las mujeres? ¿Por qué antes no veíamos a la virgen? ¿Por qué?
Esto que está pasando es espantoso porque manda mensajes negativos en todas direcciones.
Por un lado nos dice: ¡Viva el plagio! ¡Copiemos todos! Por el otro: ¡Ven! ¡Te invito a robarme! Tengo tanto que me da lo mismo.
Y en medio: Que se amuelen los señores de La rosa de Guadalupe y los pocos cerebros a los que se le ocurra inventar cosas nuevas en México, porque no nos importa si se plagian sus obras.
¡No lo puedo creer! ¿Cómo quiere Televisa que creamos en sus valores si esta vez no solo estamos ante otro descarado caso de impunidad, estamos ante una promoción directa del delito.
¿Pueden más los intereses comerciales hacia la televisión de Estados Unidos que la ética y la moral? ¿Pueden más el dinero y las relaciones públicas que la dignidad y el orgullo?
¿Así cómo quiere Televisa que aprendamos a respetarnos? ¿Así cómo quieren los medios que respetemos las leyes y evitemos problemas como el de la piratería? ¡Cómo!
Por si todo esto no fuera suficiente, Historias de la virgen morena es un proyecto pésimo, barato, sensacionalista, sin sustento editorial, un insulto para la virgen de Guadalupe.
Qué vergüenza, de veras. Independientemente de que a usted le guste o no La rosa de Guadalupe se necesita no tener nada de dignidad para hacer esto. ¿O me equivoco?
Corazón
Pertenezco a una generación marcada por el sida. Justo en el momento en que iba a comenzar mi vida sexual, ¡zaz!, que aparece esta misteriosa enfermedad.
Y, a ver, ¿cómo le haces? ¿Cómo vives? ¿Cómo amas? Mucha gente ya no se acuerda, pero fueron años de terror, de miedo, de odio, de ignorancia. Fue espantoso.
Espantoso, porque veías morir a tus amigos, espantoso, porque no te podías acostar con nadie. Te daba miedo. Te ibas a morir.
¿Por qué le estoy contando esto? Porque las nuevas generaciones no conocen esta historia y ante los avances de la medicina están teniendo sexo sin protección.
Para un montón de chavitos de hoy el sida es como la diabetes, algo con lo que se puede vivir.
¿Sí se da cuenta de la monstruosidad que le estoy diciendo? Por eso le suplico que corra a ver Un corazón normal al Teatro Helénico.
Y si usted, como yo, tiene hijos a punto de entrar a la pubertad, con más ganas. No sabe el bien que les va a hacer.
¿Qué es Un corazón normal? Una magnífica obra de teatro que narra lo que pasaba con la gente en los primeros años del sida.
Si yo fuera directivo de la SEP, la consideraría material obligatorio para los niños de quinto y sexto de primaria, y para los chicos de secundaria y prepa.
¿Entonces es una obra didáctica? No, es un espectáculo vertiginoso que te lleva de emoción en emoción.
De hecho, ni siquiera es la historia del sida. Un corazón normal es una gran historia de amor, de amor entre seres humanos, de amor hacia los seres humanos.
Pero es una obra gay, ¿no? No. Es una obra para todos, para los que están enamorados, para los que se quieren enamorar, para los que echan a perder sus relaciones.
Pero también para los que luchan contra el poder político, para los que cuestionan a los medios de comunicación. Es un verdadero espectáculo del siglo XXI.
Jamás le acabaré de dar las gracias a Horacio Villalobos, uno de sus productores, por haber traído esta puesta en escena a México y a actores como Hernán Mendoza, Eduardo Arroyuelo, Édgar Vivar y Juan Ríos por dejar el alma en el escenario.
No le voy a vender trama, pero hay dos momentos con Pilar Boliver como para ponerle un monumento. ¡Qué gran actriz es! ¡Qué manera de estrujarnos el alma! ¡La amo!
Por favor, vaya a ver Un corazón normal, compártala con sus hijos, recomiéndesela a sus alumnos. Salve su vida. Consulte cartelera. Solo va a estar hasta el 22 de diciembre.
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