Antes era común y absolutamente normal tales expresiones insinuadoras sin que hubiese inclinaciones homosexuales. Al respecto es sorprendente (para nosotros) leer las cartas que se escribían Chopin y Liszt y, obviamente, ninguno era homosexual.
Lo mismo hay que considerar en el caso de ciertos poemas de Sor Juana. Es decir: se trataba de otras convenciones sociales al respecto de la expresión de la amistad. Aun más, dormían abrazados en la misma cama y no había problema. Con ello se observa que nuestra época es mucho más reprimida en las expresiones de amistad que épocas anteriores.
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