Decía Salvador Dalí que somos un país surrealista, he aquí un ejemplo. Un edificio sin terminar es declarado "un monumento", y por si fuera poco, deciden enterrar a los revolucionarios ahí, juntitos, los que se odiaron a muerte y terminaron matándose entre sí. Pero claro, la historia oficial debe transmitir el mensaje que ellos, juntos, lucharon "por la patria".
Ese "edificio" en obra negra, grandote, pero feo (que bizárramente es mostrado como una "belleza" del Distrito Federal) es una buena metáfora de la revolución: un proyecto sin rumbo, dispar, inconcluso, caótico, que ocasionó retroceso económico, social y causó un millón de muertos y desaparecidos. El día que reflexionemos sobre lo que realmente causó "la revolución" entenderemos que ese día no hay nada que festejar, sino que debería ser un día de luto nacional y procurar que no vuelva a repetirse.
Ese "edificio" en obra negra, grandote, pero feo (que bizárramente es mostrado como una "belleza" del Distrito Federal) es una buena metáfora de la revolución: un proyecto sin rumbo, dispar, inconcluso, caótico, que ocasionó retroceso económico, social y causó un millón de muertos y desaparecidos. El día que reflexionemos sobre lo que realmente causó "la revolución" entenderemos que ese día no hay nada que festejar, sino que debería ser un día de luto nacional y procurar que no vuelva a repetirse.
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