¿Qué proponen para Pemex los expertos en energía?
Petróleos Mexicanos (Pemex).
¿En qué se parecen México, Ecuador y Kuwait? En que son los únicos países en el mundo que mantienen los contratos de servicios en materia energética y no permiten concesiones o contratos de riesgo como el resto del mundo.
Incluso países como Cuba y Venezuela permiten que terceros tengan contratos o concesiones para explotar el petróleo, siempre y cuando la renta petrolera y los beneficios sean para el propio país, afirma en su informe México ante la Revolución Energética, elaborado por expertos del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI).
En México existe el riesgo latente de que en menos de 20 años se dé una crisis de producción de crudo así como de salud en la empresa paraestatal debido al exceso de deudas y pasivos que tiene. Todo esto se puede evitar si se lleva a cabo una reforma energética.
De acuerdo con los análisis de este grupo de investigadores, entre ellos Miriam Grunstein, del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), México está disminuyendo drásticamente su producción de petróleo mientras Estados Unidos la ha incrementado, por lo que no es difícil pensar que en un futuro éstos dejarán de comprarnos petróleo.
“Mientras en México nuestra producción petrolera es de 2.525 millones de barriles diarios, es decir, todo el petróleo que extrae PEMEX, en Estados Unidos en el 2012, se produjeron arriba de 6.4 millones de barriles diarios y este año se producirán arriba de 7 millones de barriles diarios, mientras que en Canadá la producción es de 3.2 millones de barriles diarios. Esta producción es el resultado del trabajo de cientos de empresas, de todos los tamaños y todos los países, operando bajo la rectoría del Estado estadounidense o canadiense, y a nombre de quien extraen sus recursos”, detalla el informe.
Por ello los expertos proponen que México abra a la competencia la exploración y producción, con participación en las áreas que considere estratégicas la misma paraestatal. Las dos alternativas propuestas es que sea a través de contratos de producción compartida entre el Estado y los particulares o el esquema de concesiones.
Una nueva reforma energética para México
Además de los contratos de producción compartida y de las concesiones, los expertos también proponen que se fortalezca Pemex, que se conforme una nueva organización industrial planteada para el sector de exploración y producción.
Además proponen que se solucione el problema pensionario pues sigue siendo una carga para la empresa. Consideran que se debe transitar hacia un sistema que permita fondear la pensión a lo largo de la vida laboral del trabajador.
Por último se propone que se haga una transformación industrial, de transporte y distribución.
Como medidas complementarias proponen adecuar las finanzas públicas para prescindir de Pemex y que se creen fondos de estabilización y que la renta petrolera se utilice para la generación de fondos que permita administrarlos en el tiempo.
Las deudas de Pemex
Los expertos ofrecieron un diagnóstico en el que revelan que Pemex tiene un endeudamiento de 140 mil millones de dólares, incluyendo el pasivo laboral.
Es decir, aproximadamente un 10% del Producto Interno Bruto (PIB), que comparado con otros países significa el tamaño del PIB de Hungría o Vietnam.
“Ese es un ejemplo del tamaño de los riesgos que estamos enfrentando, en lugar de transferirlos a terceros, como hacen casi todas las naciones”.
Y los expertos advierten: “Sin una reforma energética ambiciosa es poco probable que exista suficiente espacio de finanzas públicas para solventar las promesas del Presidente Enrique Peña Nieto y del Pacto por México para lograr la universalización de los servicios de salud, la pensión universal para adultos mayores y el seguro de desempleo”.
Revisar el caso de EU
Los expertos reunidos por COMEXI recomiendan mirar a Estados Unidos, que ha sido el epicentro de una “revolución energética”, pues ha logrado en poco tiempo impulsar la exploración y explotación que no tenía de yacimientos de petróleo y gas.
Estados Unidos igual que otros países permiten los contratos de riesgo, los cuales son llamados así por ser un mecanismo mediante el cual el dueño del recurso transfiere los riesgos de su explotación económica a un tercero. El tercero, llamado generalmente operador o contratista, recibe una compensación atada a su éxito, mientras que el dueño recibe el grueso de los beneficios.
Para darnos una idea, hoy en día hay 70 compañías operando en las aguas profundas de Estados Unidos (un número similar existe en Noruega y unas 40 en Brasil), pero en todo Estados Unidos hay actualmente unas 490 compañías operadoras de todos los tamaños y miles de empresas cuando agregamos las empresas de servicios petroleros. Evidentemente no todas son estadounidenses. Las principales empresas de otras latitudes, incluidas las estatales invierten en Estados Unidos, de la misma manera que empresas estadounidenses invierten en Colombia, Brasil o Noruega. Ningún país lo hace solo.
Los números de México con y sin reforma
En 2012, México importó mil 89 millones pies cúbicos diarios de gas natural, por parte de PEMEX. Esta cifra se ha ido incrementando de 2005 hasta hoy.
A pesar de que PEMEX ha cuadruplicado su presupuesto hasta alcanzar niveles como el de las grandes petroleras en el mundo en los últimos 12 años, México no ha logrado incorporar estos recursos a más y mejor tecnología ni capacidad de ejecución.
En contraste, de darse una reforma energética, según datos del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), México podría lograr un crecimiento adicional del PIB del 1.7% anualmente.
El aumento de la producción potencial de hidrocarburos por encima de las expectativas actuales se traduciría en un incremento en el ingreso per cápita del 38.6%.
¿Qué son los contratos de riesgo?
Prácticamente todo el mundo ha adoptado el contrato de riesgo como estándar, por ser el mecanismo a través del cual el dueño del recurso –la nación– transfiere a un tercero el riesgo de desarrollar sus recursos, a cambio de una compensación determinada por su éxito, sin por ello afectar sus derechos. Es decir, la nación nunca pierde su propiedad o potestad sobre sus recursos, pero tampoco corre el riesgo de desarrollarlos, el cual es adoptado por un tercero al que se le compensa sólo si tiene éxito.
El grupo de trabajo
El Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI), conformó un Grupo de Trabajo en Energía. Este equipo analizó la revolución energética global y su relevancia geopolítica, económica y social en México y revisó cuatro aspectos: Los desafíos de México ante la oferta y demanda energética en el mundo, el análisis sobre los costos de no aprobar una reforma energética, los posibles impactos internos de una reforma energética de profundidad y una evaluación de los resultados de la reforma de 2008
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