Inicia una nueva etapa de la larga pesadilla que el PRIAN le impuso a México
Y la cereza del pastel es sin duda la policía política que el represor PRI quiere revivir. No para combatir la delincuencia organizada, pues para eso tendrían que combatirse ellos mismos
En unas horas iniciará para México una nueva etapa que no será en realidad muy distinta a la larga noche de la pesadilla que el ala derecha del PRIAN le impuso a México.
Así, mientras la Kennedy School de la universidad de Harvard abre sus puertas para acoger y albergar al genocida mexicano, revelando lo que es el espíritu real de ese centro de adiestramiento neoliberal, el “nuevo” PRI, más intolerante y bandido que en otros tiempos, también siniestros, cruzado por una mediocre, ignorante, enajenada y presumida tecnocracia deslumbrada por los espejismos del libre mercado, oprimida por el consenso de Washington y bajo el absoluto control de los verdaderos amos del país convertido en el reino de la telebasura mexicana, asumirá el poder para terminar con los pendientes que Salinas de Gortari no tuvo tiempo de terminar y lo que la “inteligencia” panista no pudo llevar a cabo, lo que no es nada extraño si recordamos quiénes son intelectualmente Vicente Fox y Felipe Calderón.
Pero el “nuevo” viejo PRI esta vez no desgobernará solo; sus compromisos son enormes y los pagaremos los mexicanos a un costo muy elevado; nadie con una pizca de sentido común y medianamente informado más allá de la telaraña de desinformación que la telebasura proporciona con el objetivo de seguir fortaleciendo la ignorancia y el fundamentalismo de sus millones de teleadictos, puede ni debe ignorar que el analfabeta funcional que tal vez supera al mismo Fox, es, más que un político, el producto chatarra hecho a la medida de Televisa con una dosis de la creciente y contagiosa mediocridad fomentada por TV Azteca.
Quien asumirá la presidencia de México con un cerco militar proporcional al miedo que revelan sus propios creadores, no será en realidad quien nos desgobierne, para eso ya están listos los Chabelos y los Chespiritos, que dictarán las nuevas líneas de la política nacional, en tanto el FMI nos informa cuáles deben ser, y así serán las urgentes reformas que el país “requiere” porque más que pensar en México el FMI está pensando en cómo saldrá el imperio de la crisis financiera que está por derrumbar los deslumbrantes escaparates de la mentira capitalista. Y ahí México tendrá un papel esencial, no uno protagónico, ¡qué va! Más bien un papel de proveedor voluntario, con muchas obligaciones y sin ningún derecho; el remate de los recursos naturales, principalmente energéticos, es, presumiblemente, uno de los compromisos más urgentes de cumplir por parte de la autonombrada ala socialdemócrata del PRIAN. Y por si esto no fuera suficiente los compromisos más peligrosos son aquellos que le permitieron al PRI comprar la voluntad del hambre y la ignorancia con la que ellos dicen haber ganado las elecciones, dinero que hasta hoy desconocemos de dónde salió, pero que indicios serios con datos fuertes nos hacen suponer que fue dinero lavado vía Monex, HSBC, Soriana y otros de los que seguramente sabremos con el tiempo proveniente de los neoliberales negocios del crimen organizado, drogas y prostitución, principalmente.
Así podemos suponer sin temor a equivocarnos que en la nueva etapa que está por iniciar el país las cosas, que serán iguales a los cuatro sexenios pasados, serán la implementación de una política económica impuesta por el FMI que seguirá fomentando la corrupción y la IMPUNIDAD más allá de lo imaginable, la educación seguirá su decadencia entrampada en las mediocres telarañas de “La Maestra”, la salud será definitivamente privatizada y los derechos laborales desaparecerán tan pronto como el Consejo empresarial ponga un costo al apoyo incondicional al desgobierno priísta que se avecina como un signo inequívoco de la noche de pesadilla de la que no hemos podido despertar.
El feminicidio (destaca en el Estado de México ex gobernado por el niño de la telecracia).
Y la cereza del pastel es sin duda la policía política que el represor PRI quiere revivir. No para combatir la delincuencia organizada, pues para eso tendrían que combatirse ellos mismos, sino para perseguir y acallar todas las voces que con dignidad se opongan al saqueo que los poderes fácticos transnacionales y nacionales preparan para este agraviado país donde el Despertar Ciudadano parece que se encuentra destinado a no llegar nunca... ¡Ya veremos!
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